Hotel Conde Rodrigo

Hotel muy céntrico, a un paso de la Catedral. El hotel tiene parking por 6,5 € la noche pero hay mucho sitio para dejar el coche a apenas 350 metros fuera de las murallas en el caso antiguo hay zona azul, salvo sábados tarde, domingos y noches, y las escasas plazas cercanas al establecimiento suelen estar siempre ocupadas. Tiene un desayuno buffet suficiente con horario amplio 811 horas, con churros y huevos revueltos hechos al momento incluidos en el precio, y también un desayuno express por 3,50 € con café, zumo y bollería. Tiene restaurante con carta y menú del día por 13,50 €, así como un bar de copas, aunque no puedo opinar sobre ellos porque no entramos. Posibilidad de reservar actividades en recepción visita a ganadería, al yacimiento de siega Verde, paseos a caballo, etc.. La habitación y el baño eran bastante grandes para lo que es habitual en hoteles modernos. Se nota el paso del tiempo en elementos como los grifos o los marcos de las puertas, aunque el establecimiento está siendo remodelado. La insonorización es quizá lo más deficiente, tanto interior como exterior, ya que, por ejemplo, se oía al ocupante de la habitación de al lado hablar por el móvil como si estuviera en la misma habitación. Aún con eso, por relación calidad precio quizá sea el mejor establecimiento de la población, más aún con la oferta conseguida en Quierohotel.

Hotel céntrico aunque de difícil acceso si no conoces la ciudad. Muy correcto y acorde a un hotel de 3 estrellas. La habitación que nos tocó era muy amplia pero la cama no estaba en las mejores condiciones. Tiene problemas de insonorización por lo que escuchabamos el ascensor cuando subía y bajaba y sobre todo cuando había mucho tránsito por la mañana a la hora del desayuno. Menos mal que no lindabamos con ninguna habitación porque nos evitamos oir a los vecinos. Para una noche es más que suficiente. Buen precio.

Boas instalações Boa comida Simpatia. Preços justos.

La estancia confortable, el precio un poco caro para el servicio recibido y sobre todo la vista desde la ventana penosa.