El lugar maravilloso, la atención del personal fue una delicia y los servicios que ofertan están muy bien para el precio que se va a pagar. La educación, el silencio y el trato han sido el complemento perfecto a este entorno digno de visitar en cualquier época del año.

Sin duda, Caldas de Monchique es un magnífico lugar para perderse y relajar cuerpo y alma. Bellísimo paraje. Se respira Naturaleza y Paz, al menos en Octubre. La instalación D. Lourenço más de 5* que de 4*, si bien la cama es un tanto dura. El desayuno buffet es bueno en calidad, pero le falta variedad. El restaurante 1692 es acogedor, el servicio correcto, y la comida cerca del notable. Un destino para repetir.