El hotel es un convento rehabilitado, el claustro es ideal, pero hace frío en la zona y sobre todo viento, el pueblo está a 800 metros de altitud, el lugar muy tranquilo, el pueblo pequeño, tiene cuevas que se visitan y un centro de interpretación de las mismas, se come bien y el lugar es ideal para descansar. El personal muy atento, la cocina del restaurante muy buena y bien presentada, muy bien en relacción calidad precio, el desayuno es algo corto en variedad pero en general bastante bueno lo que hay. Las habitaciones son amplias, la calefacción electrica e individual, lo que es una ventaja, el techo de madera abuhardillado y los ventanales ideales. El agua caliente es también por termo electrico, y el claustro está preparado con estufas de sombrero para poder aprovecharlo, tiene tambien un pequeño solarium para tomar café por las tardes mirando al campo. Está bien señalado el hotel dentro del pueblo.
Aufenthalt im Hotel: Februar 2011